Gerard Moreno vivió una noche cargada de simbolismo en su regreso a la que fue su casa. Hubo silencio inicial, seguido de una ovación cerrada de la afición del Espanyol cuando el delantero del Villarreal abandonó el campo. A sus 33 años, Moreno marcaba por primera vez contra el equipo donde empezó todo, un tanto que llegaba en su tercera semana consecutiva viendo puerta, algo que no conseguía desde hacía dos años. Aunque doliera a los locales, la grada supo perdonarle; al fin y al cabo, es uno de los suyos, aunque ahora defienda otra camiseta.
El tortuoso camino de Moreno
Criado en Santa Perpètua, Gerard es parte de una familia de futbolistas. Ingresó en el Espanyol con solo ocho años, pero su viaje no fue directo. En la categoría sub-16, el club decidió descartarle. Aquel joven de 15 años, descrito como un profesional serio, tímido y sin ego, recaló entonces en el Badalona de tercera división. Su entrenador allí fue Manolo González, actual técnico del Espanyol y a quien Moreno considera su “segundo padre”. González le aseguró que relanzaría su carrera, y no se equivocaba: el delantero anotó 41 goles en 32 partidos con el juvenil.
El Real Madrid llamó a su puerta, pero Moreno ya había dado su palabra al Villarreal. Tras una primera etapa en el club amarillo, tuvo la oportunidad de regresar al Espanyol. Sin embargo, tres años después, en 2018, la presión financiera obligó al club catalán a venderlo de nuevo al Villarreal, donde se ha consolidado como uno de los mejores delanteros de España.
La apuesta personal de Emery
Si Moreno es la leyenda consolidada, el otro pilar del ataque amarillo es una apuesta personal de Unai Emery. El pasado verano, mientras sonaban nombres como Edinson Cavani o Umar Sadiq para reforzar la delantera, el club dio salida a Boulaye Dia y Paco Alcácer. Con Arnaut Danjuma recuperándose de una lesión, Emery tomó una decisión firme: no era prioritario fichar a nadie más, porque la solución ya estaba en casa.
Esa solución tiene nombre propio: Nicolas Jackson. A sus 21 años, el senegalés se ha convertido, contra todo pronóstico, en uno de los fijos del Villarreal en LaLiga. Se espera que vuelva a ser titular en el Camp Nou, consolidando una racha en la que ha sumado un gol y dos asistencias. Suyo fue el primer gol amarillo del curso, en Valladolid.
Jackson, el ‘Neymar’ forjado en la calle
Aunque no ha vuelto a marcar en liga desde entonces, Emery no le ha retirado la confianza. El técnico insiste cada vez que se le pregunta en que, pese a su evidente margen de mejora, Jackson aporta muchísimas otras cosas al juego de ataque del equipo. Esta confianza se vio respaldada por la primera convocatoria del delantero con la selección absoluta de Senegal el pasado septiembre.
Su trayectoria es atípica. Al contrario que la mayoría de talentos africanos, Jackson no pasó por ninguna academia de élite. Se forjó jugando con sus amigos en el barrio, donde era conocido como el ‘Neymar’ senegalés. Llegó al fútbol base del Villarreal con 17 años a través de una agencia, tras una breve experiencia en el Casa Sports de su país.
Miguel Ángel Tena, su primer entrenador en la cantera y actual director de fútbol del club, recuerda su llegada. “Estuvo con nosotros dos semanas a prueba y nos causó muy buena impresión, sobre todo a nivel personal”, relata Tena. Destaca su educación, sus fuertes valores y su predisposición por aprender, superando rápido la barrera del idioma. Aunque el plan inicial era que pasara al Villarreal C, su salto fue más alto y acabó cedido en el Mirandés, en Segunda, curtiéndose antes de su explosión definitiva.